Ustedes no están para saberlo ni yo para contarlo pero no importa, les comunico que por fin me he abrochado los pantalones y he decidido salir del clóset con la persona que me arrojó a este mundo, mi santa madre. La carta se ha perdido en el correo por un mes pero con la paciencia del Señor pronto llegará, hay luego les chismeo lo que pasó.
A ti que lees espero que estas lineas no te suenen a literatura barata, el intento es deschongarnos y con orgullo observar que el perreo indulgente de la comunidad GLBT ha dado tanto éxito que ahora hasta se ha convertido en una corriente musical.
Los que ya entraron al circulo GLBTAI etcétera, etc. sabrán que en esta comunidad se disfruta de una cultura única en la que el juego de palabras, los amaneramientos, los cortes y colores de cabello, el vestir, el tipo de fiestas, todas y cada una de esas cosas informan al mundo que la esencia humana es más diversa que seres atrapados en trajes de hombre y mujer que están supuestos a amar exclusivamente a los del sexo opuesto.
A muchos les molestan las expresiones masculinas en las mujeres, o lo femenino en los hombres y a las más obvias hasta les echan sus piropos, como a mi amiga la Teluris quien un día se cayo enfrente de una fabrica y los obreros le gritaron a coro: '¡Que putazo!' pero la otra con su buen optimismo pensó que ya había ligado. Muchos de ustedes no se han caído necesariamente pero seguro han recibido estas muestras de amor apache por la calle y bueno, con el remordimiento de que ya eche de cabeza a la tal amiga, pues confieso que a mi me ocurría con los corrientes de por mi casa que cuando estaba yo pequeñito me gritaban al pasar: 'maricón' y yo caía, pero en su trampa, ya que rápido volteaba sabiendo que se referían a mi, al instante se carcajeaban pero, no importa, ya Dios y el Karma me harán justicia.
La gente gay choca porque va en contra de un sistema único de vida que se ha vuelto obligatorio, a nosotros los jóvenes las cosas nos han tocado bastante cómodas pero basta platicar con gente mayor para descubrir como los tiempos fueron más complicados de los que vivimos ahora y los cambios solo se han dado cuando ante el cansancio de la represión surge el coraje de defender tus derechos por las absurdas posiciones religiosas, de políticos, de leyes y de todo aquel que no ha sido dotado de sentido para comprender nuestras vidas. Gracias a que vivimos en carne propia lo que significa esta forma de amar que todavía mantiene confundida a la ciencia y religión podemos entender, creo yo, la importancia de defender la diversidad, nos aferramos a hacernos visibles, a salir del clóset; como en lo económico, muchos nos oponemos a la globalización del concepto 'familia' que nos quieren imponer grupos religiosos o políticos que luchan por expandir su manera de entender la vida sin detenerse a escuchar el sentir y pensar de otros.
Ojalá no dejemos de gozar esta vida que nos toco vivir, sí, disfrutar de la moda, querernos, sentirnos bonitos, cómodos, cuidarnos físicamente pero, sin pretender que la piedra le caiga a nadie, ojalá también no nos distraigamos tanto en los gimnasios queriendo alcanzar estructuras corporales que tarde que temprano desaparecerán sin haber dejado nada a la humanidad, sería conveniente no perdernos ingiriendo sustancias que te sazonen el cerebro, no alucinar con el protagonismo, el objetivo no es ser el primero, el único, el mejor, sino ser parte activa de una la lucha incluyente de la que todos debiéramos sentirnos héroes, o mejor dicho, responsables. Al defender de manera consciente nuestras vidas GLBT estamos inconscientemente defendiendo también las vidas de todos, hacemos frente al sistema de poder que pretende que nos quedemos callados ante su actuar que únicamente beneficia a pocos.
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